domingo, agosto 10, 2008

Nuevo Imperativo Categórico

Después de dos meses me han dado ganas de escribir acá nuevamente. No tengo muy en claro que decir, pero por lo menos tengo en claro que algo nuevo quiero decir y eso me parece suficiente para romper el silencio e intentar sacar un par de ideas de mi cabeza y de la botella de cerveza.
Puedo afirmar hoy que no me equivoqué cuando dije que la perspectiva es lo que nos da o nos quita ganas. Pero ahora me parece importante mencionar que 'de vivir se trata' y que es una parte importante del camino el encontrarlo - al camino -, ya que no siempre esta frente nuestro, y si no lo está más difícil va a ser circularlo.
Hay una dosis de azar importante en todo lo que nos ocurre, no importa realmente si es azar destino, casualidad, causalidad, omnipotencia, plenipotencia o impotencia. Lo importante es tomar las riendas de lo que nos toca (o nos hacemos tocar) y dejar en claro siempre nuestra posición.
Declarar los intereses, conciliar y tolerar.
Esas tres cosas son los pilar fundamentales para una convivencia armónica. No pilares como las ideologías que habría que respetar, sino como las técnicas claves para poder vivir mejor, bha... no mejor, si no más en paz. No hay uno más importante que el otro, tampoco son igualmente importantes ni se presentan en la misma etapa del proceso, no son mutuamente excluyentes ni necesariamente interdependientes.
Hay que comprender, ya sea por una nueva 'ley moral' o por simple practicidad, que la moral es cultural (en el mejor de los casos) o personal (en la mayoría de los casos) lo cual nos lleva a pensar que los conceptos de 'bien' y 'mal', hoy por hoy, son obsoletos. En su lugar hay que situar a lo que cada persona quiere, a sus Intereses. Estos intereses son dificilmente declarados y eso es lo que hace tan complicado entendernos a la hora de administrar nuestros conflictos. No soy ingenuo, sé que para que un interés (o cualquier otra cosa) sea satisfecho alguien lo tiene que satisfacer (y como los recursos son escasos -terriblemente simplificado- se complica la cosa). El problema es que no siempre los intereses son contrapuestos o incompatible, a veces son complementarios, o son el mismo. Mientras los mantengamos ocultos como si fueran tesoros ocultos que tememos otros nos roben, no los vamos a poder satisfacer fácilmente. Hay mil ejemplos y argumentos que apoyan lo que digo pero hoy no me voy a detener en ellos.
Lo importante de este elemento es reconocerlo, no en el otro sino en nosotros mismos, vernos (por más difícil que sea) durante unos instantes como un objeto y analizarnos, lo que queremos y como lo resolveríamos, de ahí podemos sacar nuestros intereses. Trascender del bien, del mal y de cualquier constructo que nos complica la convivencia pacífica.
Que provecho puede sacar alguien (a largo plazo) si se vive en un conflicto continuo por parte de todos los participantes, es una pregunta que deberíamos hacernos todos. Independientemente de lo que queramos y de quienes seamos, la indecisión conlleva la inacción y de la inacción derivan las pérdidas por falta de criterios de acción. Cuando la incertidumbre es absoluta es justificable no hacer nada y no es justificable hacer cualquier cosa por la variabilidad de una inmensidad de factores (ojo capaz que estoy diciendo pelotudeces) de todos colores y categorías (incategorizables dirías yo).
El consenso por definición es difícil de conseguir, pero vale la pena buscarlo si existe la posibilidad de conseguirlo, y es más aunque no hayan posibilidades de conseguir consenso habría que buscarlo, porque si la búsqueda es verdadera se va a generar un vínculo entre las partes y en algunos casos hasta es posible que se intercambien lazos culturales (bien vaga la definición, pero la idea es que las partes se conozcan y se humanicen al encontrarse con gente como uno que está en situaciones iguales, parecidas, diferentes, opuestas).
Igualmente repito, no soy ingenuo sé que las conciliaciones no siempre son posibles, pero lo que aportan es el entendimiento, los vínculos y un comienzo de mutuo entendimiento entre todas las partes, la humanización del otro es fundamental.
Tolerancia, pluralismo, mutua aceptación, llamenlo como quieran, no importa el nombre sino el concepto. Lo que vale es la permeabilidad de intenciones, es el entender que el otro opina o cree distinto a nosotros y aceptar que tiene derecho a hacerlo (como pluralismo) no juzgarlo por lo que dice o hace despóticamente. Hay que entender que aunque pensemos y actuemos de una forma determinada no somos los dueños de la verdad y no tenemos derecho a exigir de los demás nada que no hayan aceptado explicitamente, con conocimiento de causa y de todo lo que conlleva esa aceptación. Hay que ir mas allá de las diferencias, a las igualdades o a las similitudes, debemos hacer hincapié en aquello en lo que nos parecemos para comprender es más en lo que nos parecemos que en lo que nos diferenciamos. A grandes rasgos todos somos (acá me fui al carajo) argentinos, americanos, humanos, animales, seres vivos, o simplemente somos. Algo tenemos que ver y lo que nos parecemos es lo que importa.
Esto puede ser una teorización barata pero no lo es, es simplemente una abstracción del modelo que mejor funciona para vivir tranquilamente, si parece que me equivoco yo leería otra vez comparando con la realidad...