Ciclos...
Todos los seres humanos tratan de responder (básicamente) a preguntas que se les van planteando a lo largo de su vida. Son, generalmente, preguntas sin respuestas absolutas, dependen de la cosmovisión de cada persona y de como su entorno influye en él (un católico del siglo XX no ve al mundo igual que un budista del siglo X). Estas preguntas sin respuesta generan miedo y para evitar esa sensación se cree ciegamente en una u otra cosa.
Hay un grupo mayoritario en el mundo que cree en la reencarnación, es decir, que después de la muerte en vez de ir a un "paraíso" se vuelve a la tierra un número determinado de veces hasta que se llega a ese "paraíso". Básicamente de eso trata la reencarnación (simplificándolo MUCHO). Ahora, resulta que nuestro alma va moviéndose a través del tiempo y su entorno con ella. Es como que vamos interpretando diversos papeles dentro de una misma obra de teatro, independientemente del que hayamos realizado con anterioridad, es decir que en distintas generaciones podemos ser padre de nuestro hijos y a la siguiente hija de nuestro padre.
Lo interesante, en un momento histórico como el que vivimos, donde no se piense en años si no en días, y no se ven las generaciones si no los años, se podría enfocar esto desde otra perspectiva. Imaginemos que toda la vida la vivimos rodeados de las mismas personas, un día somos amigos de "A" pero el nos traiciona, luego somos enemigos, después nos amigamos y mas tarde nosotros lo traicionamos, es un ir y venir constante que es inevitable e incontrolable. Analicemos un poco nuestras vidas y veamos si estas reglas que tan precariamente estoy planteando acá se presentan o no en el papel que nos toca jugar hoy...
Hay un grupo mayoritario en el mundo que cree en la reencarnación, es decir, que después de la muerte en vez de ir a un "paraíso" se vuelve a la tierra un número determinado de veces hasta que se llega a ese "paraíso". Básicamente de eso trata la reencarnación (simplificándolo MUCHO). Ahora, resulta que nuestro alma va moviéndose a través del tiempo y su entorno con ella. Es como que vamos interpretando diversos papeles dentro de una misma obra de teatro, independientemente del que hayamos realizado con anterioridad, es decir que en distintas generaciones podemos ser padre de nuestro hijos y a la siguiente hija de nuestro padre.
Lo interesante, en un momento histórico como el que vivimos, donde no se piense en años si no en días, y no se ven las generaciones si no los años, se podría enfocar esto desde otra perspectiva. Imaginemos que toda la vida la vivimos rodeados de las mismas personas, un día somos amigos de "A" pero el nos traiciona, luego somos enemigos, después nos amigamos y mas tarde nosotros lo traicionamos, es un ir y venir constante que es inevitable e incontrolable. Analicemos un poco nuestras vidas y veamos si estas reglas que tan precariamente estoy planteando acá se presentan o no en el papel que nos toca jugar hoy...