miércoles, diciembre 17, 2008

Lápiz y teclado

Me encantaría que a través del teclado los sentimientos fluyeran como sobre el papel, que las palabras se deslizaran con el correr de mis manos como lo hacen con el grafito del lápiz. Sería tan interesante y tan intenso poder escribir con mi letra, retorcida y desfigurada, sobre esta máquina que es tan fría y que tanto carece de sentimientos; todo y tan poco como para darme a entender que es imposible que lo pueda hacer pero que tengo la posibilidad de hacerlo siempre y cuando renuncie a creer en que la otra forma era mejor. Pero... como hacerlo? si sé que el sentimiento que produce, la descarga que me da, el simple hecho de usar el lápiz, o si me siento seguro la lapicera, no puede ser remplazado por ningún teclado, por más moderno y avanzado que este sea.
No me quejo, sólo lo acepto, siempre serán cosas distintas, sabores distintos y resultados diferentes los que lograré usando papel y lápiz o teclado y monitor. Y quien me lea en una forma no sé si aceptará la otra como la más deseable y menos pasajera, aunque yo sé bien en el fondo que se excluyen las formas y los decires, así como los temas y los enunciados en su forma y contenido tanto en uno como en otro. Aunque nunca publicaré lo que es o debería ser escrito en lápiz…

jueves, diciembre 11, 2008

Barreras Intersubjetivas

Supongamos que estuviéramos todos metidos en una isla desierta donde cada cual hace aquello que más le apetece. En principio estamos solos, pero tenemos todo lo que necesitamos... y por lo tanto no nos preocupamos, hay comida en abundancia, bebidas de todo tipo (gatorade para cuando terminamos de trotar, cerveza para todo el día, agua para la resaca, fernet para las noches, champagne para el solsticio, etc.), lecturas de las mejores, entretenimientos por doquier y todo lo que podríamos desear en una isla desierta, pero como es desierta estamos solos.
Ahora supongamos que no estamos solo sino que naufragamos en la misma isla con todo lo de antes pero con una persona del sexo opuesto. Entendemos, ambos, que o hemos naufragado y de paso nos sacamos la lotería, o que nos hemos muerto y que el paraíso deja bastante que desear, ya que hay solamente una persona que ni conocemos. Pero con el tiempo nos vamos conociendo y al solo estar la otra persona para complacernos y para complacerla hay un montón de temas que quedar re relegados, no pueden haber celos... porque Wilson es una pelota y no nos va a patear en contra, somos sin lugar a duda la mejor opción (y la única) en millones de KM a la redonda, y ni siquiera tenemos que preocuparnos por trabajar para conseguir comida porque esta isla bendita tiene de todo, jacuzzi y hasta sauna. O sea... la pasaríamos josha durante bastante tiempo y sin quejarnos.
Peeero, y que si somos tres? Si somos más o menos open-minded lo podemos resolver charlando y hacer una buena pareja moderna donde los tres nos queramos, si son dos chicas y un chico las dos querrán mas al chico (si se gustan se querrán igual los tres), si son dos chicos y una chica los dos la querrán mas a la chica (si se gustan se querrán igual los tres). Ahora y si no? y bueno... tres es multitud y alguien se tiene que morir (ya que no se pueden ir), en realidad a mejor de las opciones es que alguien quede relegado, pero al final no va a servir de nada, porque hay que ver si es peor que te maten o a vivir tu vida solo sabiendo que hay gente de toque y ni poder ir a visitarlos, a tomar unos mates o una picadita con birra.
De acá en más es cuando se complica realmente. Si somos cuatro es manejable, dos parejitas o una especie de comuna. SE acabó, peeero desde que empezamos a tener sentimiento de pertenencia por alguna cosa, TODO se complica para todos. Es posible que existan los equilibrios perfectos donde, como la isla nos da todo, salvo a las personas, compartamos con nuestros coterráneos aquello que mas querremos. Y eso estaría genial! y nadie se queja de nada e incluso en las sociedad mas voraces y capitalistas pasa eso, en este tema en particular en casos especiales. Peero repito, cuando comienza a existir el sentimiento de pertenencia se va todo al carajo.
Acá llegamos al tema central, cuando es un bazar y todos podemos elegir, nadie nos garantiza que alguien nos vaya a elegir a nosotros, y mucho menos que sea quien nosotros elegimos. Se pueden definir dos tipos de personas, los que nada les importa y van para adelante (BBVA) y los que si se ven influidos por lo que creen que la gente pensaría si los viera donde ellos están haciendo lo que hacen.
Las personas del primer tipo simplemente actúan, no se preocupan mucho, les sale lo que les sale y como nada les interesa realmente viven la vida sin preocuparse demasiado (Ojo, es un modelo, no sé si existe gente asé).
El segundo tipo de personas, piensa las cosas, se hace la cabeza, mira de un lado al otro la calle y se imagina fantasmas donde no los hay, problemas donde hay soluciones y vida donde hay muerte (tampoco sé si existe gente así). De hecho creo que exageré peor en este último modelo que en el anterior, y es este el que más me interesa explicar en detalle.
Vemos sin problema aquellos casos en los que las personas actúan, pero la parte subjetiva de la gente es inconmensurable, no sabemos realmente cuantas veces de las que actúo, estuvo a punto de no hacerlo, y cuantas veces no actúo por algo. Lo que me llama la atención es que creo que todos medimos y miramos bajo nuestros lentes opacos en una noche lluviosa y en base a eso resolvemos nuestras vidas (exagero), actuamos con los lentes empañados sin saber realmente que pasa del otro lado.
La verdad creo que pasa menos del otro lado de lo que nosotros pensamos que pasa, nadie se hace tanto problema, nadie se fija tanto en los detalles y nadie se preocupa por las pequeñeces que a veces decimos queriendo decir algo más grande o a veces omitimos, por pensar que va a significar algo que nosotros desconocemos o simplemente no queremos decir.
Apunto, entonces, a que la gente en general no dice lo que tiene que decir casi nunca, omite tanta información como le es posible y se perjudica a si misma bajando barreras que si no lo hiciera le permitirían encontrar una variedad de cosas que le ayudarían a desarrollarse como quiera. La sinceridad, ese es el punto central, oculto bajo relaciones de poder, en muchos casos reales, en otros tantos ficticia, y que determina lo que la gente en su contexto hace o deja de hacer.
Es entonces mi parecer, que dejamos de decir una cantidad importante de cosas, por pareceres subjetivos en relación a otros sujetos que no están, siquiera, enterados de lo que pensamos, y que solo por intuición entendemos lo peor (porque en caso de entender lo mejor y de que así sucediera no bajarían las barreras) sin el menor conocimiento de aquello que realmente mueve al otro sujeto a actuar de una forma determinada, y posiblemente acorde a aquello que nos toca pensar en cada uno de los casos, pero que por nuestra propia sugestión dejamos pasar.
Sin embargo, no es posible pasar por alto, que en gran cantidad de casos ese evitar de decir cosas, actuar libremente, o simplemente medirse permite evitar una serie grande de humillaciones, o de situaciones vergonzosas que podríamos haber evitado simplemente con dejar de decir algunas cosas. En este punto es cada uno el que decide, pero no puedo dejar de reiterar que es aquello que dejamos de decir lo que nos corta el camino, no impide seguir y etc. Dicen por ahí, más vale parecer ignorante una vez que serlo toda la vida y una gran frase para cerrar: más vale pedir perdón que permiso…

viernes, noviembre 07, 2008

Iba a ser increíble, pero no

Increíble!! como pasa el tiempo! Hace casi 3 meses que no escribo acá. Es terrible porque en parte no he escrito nada de nada por placer placer (como es esto), sin embargo, he escrito bastante.
Lo que más llama la atención es cómo pasa el tiempo. Creo que entre post soy redundante, pero me arriesgo, diciendo que ya es 2008 y pareciera ayer cuando me vine a vivir a esta ciudad (hace cerca de 4 años, que no es tanto pero es mucho).
Hoy justo de casualidad veía entre otra cosas fotos de hace unos cuantos años a tras, digamos 8, y me cuesta trabajo discernir si me reconocería o no, hoy por hoy que estoy tan igual y tan distinto. Pensar que algunos de los pensamientos que tenía en esa época los sigo teniendo (aunque un poco más argumentados) me pone la piel de gallina. Calculo que ellos han de ser mis ideas mas importantes (y que se han plasmado post tras post en este blog) y que con ellos seguiré hasta que no tenga realmente mas nada que escribir.
Me da un poco de pena escribir tan apurado después de tanto tiempo. Pero mi silencio no fue tanto en vano como connotando algo, un valor simbólico que dudo haya sido percibido por alguien jajaja, porque de hecho nunca lo dije, pero en sí representa lo que los que están cerca mio día a día creo que pueden sentir de mi, ese tan trascendente "A esta altura" que implica cosas como... "no se puede cambiar" "no hay nada que hacer" o "será lo que tenga que ser" (que suenan los 3 muy parecidos) y que me ha perseguido a lo largo de todo el 2008 y no tengo duda lo seguirá haciendo unos meses más al menos. Pero que hoy veo con otros ojos, con una esperanza renovada, raro siendo noviembre, entendiendo las cosas desde otra óptica mucho mas optimista quién sabe por qué y mucho más racional. Ojo, no carente de preocupaciones ni de incertidumbres, sobre todo "a esta altura" con estos cambios personales, coyunturales y contextuales, que me obligan, en la mayoría de los casos a hacer elecciones sobre las que no tengo la menor idea y que al final "serán lo que tengan que ser" aunque hoy por hoy veo con una esperanza renovada...

domingo, agosto 10, 2008

Nuevo Imperativo Categórico

Después de dos meses me han dado ganas de escribir acá nuevamente. No tengo muy en claro que decir, pero por lo menos tengo en claro que algo nuevo quiero decir y eso me parece suficiente para romper el silencio e intentar sacar un par de ideas de mi cabeza y de la botella de cerveza.
Puedo afirmar hoy que no me equivoqué cuando dije que la perspectiva es lo que nos da o nos quita ganas. Pero ahora me parece importante mencionar que 'de vivir se trata' y que es una parte importante del camino el encontrarlo - al camino -, ya que no siempre esta frente nuestro, y si no lo está más difícil va a ser circularlo.
Hay una dosis de azar importante en todo lo que nos ocurre, no importa realmente si es azar destino, casualidad, causalidad, omnipotencia, plenipotencia o impotencia. Lo importante es tomar las riendas de lo que nos toca (o nos hacemos tocar) y dejar en claro siempre nuestra posición.
Declarar los intereses, conciliar y tolerar.
Esas tres cosas son los pilar fundamentales para una convivencia armónica. No pilares como las ideologías que habría que respetar, sino como las técnicas claves para poder vivir mejor, bha... no mejor, si no más en paz. No hay uno más importante que el otro, tampoco son igualmente importantes ni se presentan en la misma etapa del proceso, no son mutuamente excluyentes ni necesariamente interdependientes.
Hay que comprender, ya sea por una nueva 'ley moral' o por simple practicidad, que la moral es cultural (en el mejor de los casos) o personal (en la mayoría de los casos) lo cual nos lleva a pensar que los conceptos de 'bien' y 'mal', hoy por hoy, son obsoletos. En su lugar hay que situar a lo que cada persona quiere, a sus Intereses. Estos intereses son dificilmente declarados y eso es lo que hace tan complicado entendernos a la hora de administrar nuestros conflictos. No soy ingenuo, sé que para que un interés (o cualquier otra cosa) sea satisfecho alguien lo tiene que satisfacer (y como los recursos son escasos -terriblemente simplificado- se complica la cosa). El problema es que no siempre los intereses son contrapuestos o incompatible, a veces son complementarios, o son el mismo. Mientras los mantengamos ocultos como si fueran tesoros ocultos que tememos otros nos roben, no los vamos a poder satisfacer fácilmente. Hay mil ejemplos y argumentos que apoyan lo que digo pero hoy no me voy a detener en ellos.
Lo importante de este elemento es reconocerlo, no en el otro sino en nosotros mismos, vernos (por más difícil que sea) durante unos instantes como un objeto y analizarnos, lo que queremos y como lo resolveríamos, de ahí podemos sacar nuestros intereses. Trascender del bien, del mal y de cualquier constructo que nos complica la convivencia pacífica.
Que provecho puede sacar alguien (a largo plazo) si se vive en un conflicto continuo por parte de todos los participantes, es una pregunta que deberíamos hacernos todos. Independientemente de lo que queramos y de quienes seamos, la indecisión conlleva la inacción y de la inacción derivan las pérdidas por falta de criterios de acción. Cuando la incertidumbre es absoluta es justificable no hacer nada y no es justificable hacer cualquier cosa por la variabilidad de una inmensidad de factores (ojo capaz que estoy diciendo pelotudeces) de todos colores y categorías (incategorizables dirías yo).
El consenso por definición es difícil de conseguir, pero vale la pena buscarlo si existe la posibilidad de conseguirlo, y es más aunque no hayan posibilidades de conseguir consenso habría que buscarlo, porque si la búsqueda es verdadera se va a generar un vínculo entre las partes y en algunos casos hasta es posible que se intercambien lazos culturales (bien vaga la definición, pero la idea es que las partes se conozcan y se humanicen al encontrarse con gente como uno que está en situaciones iguales, parecidas, diferentes, opuestas).
Igualmente repito, no soy ingenuo sé que las conciliaciones no siempre son posibles, pero lo que aportan es el entendimiento, los vínculos y un comienzo de mutuo entendimiento entre todas las partes, la humanización del otro es fundamental.
Tolerancia, pluralismo, mutua aceptación, llamenlo como quieran, no importa el nombre sino el concepto. Lo que vale es la permeabilidad de intenciones, es el entender que el otro opina o cree distinto a nosotros y aceptar que tiene derecho a hacerlo (como pluralismo) no juzgarlo por lo que dice o hace despóticamente. Hay que entender que aunque pensemos y actuemos de una forma determinada no somos los dueños de la verdad y no tenemos derecho a exigir de los demás nada que no hayan aceptado explicitamente, con conocimiento de causa y de todo lo que conlleva esa aceptación. Hay que ir mas allá de las diferencias, a las igualdades o a las similitudes, debemos hacer hincapié en aquello en lo que nos parecemos para comprender es más en lo que nos parecemos que en lo que nos diferenciamos. A grandes rasgos todos somos (acá me fui al carajo) argentinos, americanos, humanos, animales, seres vivos, o simplemente somos. Algo tenemos que ver y lo que nos parecemos es lo que importa.
Esto puede ser una teorización barata pero no lo es, es simplemente una abstracción del modelo que mejor funciona para vivir tranquilamente, si parece que me equivoco yo leería otra vez comparando con la realidad...

sábado, junio 07, 2008

Paso

Paso por ahí y veo cosas, cosas duras y dolorosas o cosas simples, dulces y lindas. Veo de todo, muchas veces no logro compilar nada y otras veces una conclusión es inminente y evidente (lo suficiente como para que la saque de la galera imaginaria).
Cuesta comprender y aceptar las cosas duras o dolorosas. La capacidad que tiene el ser humano para adecuarse a ese tipo de situaciones (las estresantes en general) se llama resiliencia, a veces se puede desarrollar. Pero las variantes duelen, son cosas nuevas a las que hay que adecuarse más allá de lo sea o no... si no te adecuas vas a sufrirlas siempre igual, y si lo haces... van a perder el valor inherente que les adjudicaste al comienzo.
No trato tanto de que este post sea una reflexión melancólica y tediosa producto del alcohol y la depresión, sino más la proyección y elaboración de un punto de vista determinado. Tampoco es mi intención extenderme mucho más en esta ocasión... hay una frase que dice (o a lo mejor la inventé yo) "el tiempo no cura las heridas sólo ayuda a olvidar", la idea central es que siempre van a haber elementos o temas que nos van a afectar (esa palabra me trae un gran recuerdo cada vez que la utilizo... para mi era de valoración neutra, mientras que para mi profesora de metodología no lo era, yo creía que influir y afectar eran sinónimos, pero para ella no lo eran, y tuvimos una charla/discusión interesante al respecto) independientemente de hace cuanto hayan pasado, capaz que es por eso que dicen que debemos enfrentarnos a nuestros respectivos "Issues" y no reprimirlos o lo que sea...
Igualmente lo que quería rescatar era el sentimiento o lo jodido que es cuando miras de frente a un recuerdo que al que no te queres enfrentar o a un contacto del msn que y no está más... pero que no lo queres borrar por todo lo que significa para uno y es tal vez mas por respeto que por cualquier otra cosa...

martes, abril 15, 2008

Perspectiva

Siempre me pregunté por qué a medida que vamos creciendo pareciera que el tiempo se acelera. En paralelo también creía que el tiempo no cambia (por su definición y explicación ontológica), sino que somos nosotros mismos y nuestra percepción los que cambiamos; Y no es que realmente cambiemos nosotros ni nuestra forma de percibir propiamente dicha (aunque parezca contradictorio con lo expresado antes), sino que lo que cambia es nuestra concepción global de las cosas, nuestro entender en conjunto del mundo que nos rodea, de las interacciones que en él ocurren, de su trascendencia y de nuestras reacciones en relación a ellas.
Es como los años, uno cree que pasan mucho más rápido cuando tiene (supongo) 80 o 90 años, que cuando tiene 20 o 30, o 4 o 5 (ésta última comparación la he vivido, no la supongo). Es lo que decía antes, al haber vivido solo 4 años, uno más es un quinto del total de nuestra existencia, mientras que al tener 80, es solo una octogésima parte de ella. Así nuestra percepción del tiempo se modifica y regula, mientras que nuestra concepción absoluta de las cosas también. Pero para que se entienda mejor este punto voy a dar otro ejemplo y después si me acuerdo, vuelvo a éste, que es el Quid de la cuestión a la cual me quiero referir.
Supongamos que leemos un libro cualquiera, pero no del todo trivial, puede ser tanto literatura como político o de carácter científico, y lo hacemos ni bien entramos a la secundaria. Bueno, resulta que muchas de las cosas que vallamos a leer las vamos a entender de una forma muy superficial o ni las vamos a detectar realmente, sí leyéramos un cuento de Borges o un libro de filosofía como Leviatán de Hobbes, captaríamos el primer, más explicito y tangible nivel de abstracción. Ahora al leerlos en 5to año, luego de haber pasado por filosofía, instrucción cívica, e historia, posiblemente veamos un segundo nivel de significación, tal vez más cercano al que el autor quiso comunicar. Lo mismo pasaría una vez entrados en la universidad, más aún si hemos podido votar o nos hemos enfrentado a dudas existenciales, teológicas o cuales fueran. Y así podría ser muchas veces (es imposible calcular la cantidad exacta de veces o si ha de ser infinita o no, por la perennidad inherente al ser humano mismo) y cada vez que lo leyéramos significaría algo nuevo, distinto y agregaría algo más a nuestra forma de entender. Eso es así gracias a algo llamado competencias psicológicas y es parte de lo que hace que entendamos todo de una forma distinta, ya que nadie ha vivido lo mismo en su totalidad (aunque pueden haber similitudes entre coetáneos o cualquiera que comparta cierta cantidad de vivencias significativas con los demás).
Así, retomando, a medida que se amplían nuestras competencias psicológicas nuestra manera de ver el mundo (cosmovisión) se complejiza.
Ahora, volviendo a la esfera de la vida, a uno le pasan cosas y yo, así como creo que mientras más vivimos menos significa cada momento, mientras más vivimos más cosas pasan en menos tiempo. Suena a sofismas y puede serlo, pero en realidad son dos premisas independientes, así como lo es la que dice que a mayor cantidad de hechos que nos ocurren mayor proporción de ellos va a ser negativo y menor va a ser positivo. Y el punto central está expresado ahí, en esa última frase. ¿Es realmente así? Antes creía que si, el otro día me pareció que no. Yo creo que la proporción es siempre la misma. De cada 10 hechos puede que 8 sean malos y 2 buenos, o 3 malos y 7 buenos, o 5 y 5, la verdad la proporción absoluta si es que existe no la sé, aunque suena reconfortante creer que si la hay (una proporción real) [o muy desalentador si es que 1 de cada 100 es buen]. Lo más probable para mi es que sólo sea cuestión de azar, que no hayan en absoluto hechos buenos o malos, y que en realidad es todo cuestión de perspectiva, de donde lo miramos y de cuáles son esas cosas que en verdad nos afectan, porque pueden ser mil hechos malos gigantescos que nos estén afectando, y nosotros creer que vamos bien, o puede ser un solo factor pequeño que nos importe más que nada en el mundo, y aunque en lo demás estemos de diez, como no nos sale eso o acaeció aquello otro no nos sintamos con ánimos de seguir. Tal vez sea como dicen, cuando se cierra una puerta se abre una ventana, o… no hay mal que por bien no venga… o… (Y esta si es en serio) es cuestión de cómo se vea el vaso, si medio lleno o medio vacío…

lunes, abril 07, 2008

Mirar atrás

Día a día más nublada y obscura me entumece el alma y me ofusca la vida.

Dejo de ver en su pasar las cosas que más me animan y no logro comprender como es que en tanto tiempo la rutina vuela y me cambia la perspectiva. Mas que he de hacer si no soy capaz de comprender en lo que encuentro a mí alrededor ni puedo confrontar lo que veo más allá de la realidad que me circunda.

No soy distinto del que llegó, pero soy tampoco me entiendo de la misma manera. Veo en mi mismo cosas que no pensé fueran tan simples o complejas y me aterro con la idea de que todo lo que puedo conocer es demasiado poco para poder ser en cualquier forma real.

Tal vez no sea yo el mismo que viajó tanto y tan poco, aquel a quién no le importaba más que conocer y hacerse entender con las palabras de sentido vacuo, aquellas que solo cobraban sentido cuando se las comparaba con lo propio cada vez que se las leía.

Deben ser los años o el exceso de ocio lo que me lleva a replantearme mi antiguo accionar, todo lo que consideraba que me hacia como soy, los pequeños pedazos de mi ser que todos juntos hacían mi identidad. Ya no son esas mañanas frías y soleadas lo que me representa, ni esas noches turbulentas entre amigos o en soledad, o las otras noches o los otros días, que tan solitariamente pasaba sólo con la intención y el anhelo de poder reconfortar la ilusión misma que me movía para ser y hacer lo que luego vendría.

Son las ganas de volver a empezar las que me vuelven loco, la incertidumbre es inminente, lo sé, y no puedo hacer nada para evitarla, quisiera poder mirar hacia el frente como en el pasado teniendo un rumbo fijo y dándome cuenta de que no estoy tan errado hoy como creo. Que sólo son pequeños desvíos minúsculos y que al final el norte existe, lo conozco y voy hacia allá sin duda.

Temo que no sea temporal lo que he perdido y que mis sueños sea imposibles de conjurar, pero aun me asusta más la idea de no recobrar el anhelo perdido y quedarme estático sin nada para lograr.

No soy de temerle a muchas cosas, ni me acobardo con facilidad, pero últimamente me cuesta más de la cuenta encontrar razones para pelear. Cada vez las mañanas frías se ven más lejanas y con ello los sentires que las solían acompañar, las campanas ya no suenan como antes ni la ropa azul se ve desfilar.

Me he vuelto más sensible tal vez, o hasta es posible que el tiempo sólo haya logrado endurecerme, pero sin estar seguro de nada solo puedo decir que lo que he vivido es como la vida actual con la diferencia abismal que la perspectiva obtusa o la ingenuidad nos otorga de la vida y de las posibilidades de accionar que tendremos en este tormentoso navegar al que llamamos vida…