viernes, noviembre 23, 2007

Tansolo

Solía escribir, hace algunos años, de noche (como sigo haciéndolo hoy por lo general), en la hoy ya vieja compu de casa, cosas que nadie leyó jamás, y que probablemente nadie lea nunca. Muchas veces lo hacia los jueves (ya sabrán por qué), pero con algunas particularidades muy propias de esas noches, que aclaro que no eran siempre jueves, podían ser domingo, lunes, martes o miércoles.
Recordando un poco más, veo que no era siempre en la PC que escribía, también lo he hecho en papel frente a esta. Siempre sólo, con el velador rojo encendido, mirando para abajo para no encandilar, apoyado entre las camas y la silla marrón obscuro, o simplemente sentado frente al monitor de 15 pulgadas, con el vaso de ron con jugo de naranja y medialunitas de hielo, y escuchando, Silvio rodríguez.
Lo último es lo que hace que hoy lo recuerde, caí sin saber como en los viejos discos del cubano, pero por ahora sin ron... solo con un poco de vino, ya no en mi querida PC, si no en mi notebook, no en la preciada silla marrón, si no en la normal de madera y comiendo unas empanadas, no de Mallorca, sino del noble repulgue. No trato de enfatizar los cambios o las continuidades, tampoco intento contar un recuerdo íntimo. Sólo crear un ambiente para que puedan comprender de donde sale lo que me dispongo a escribir luego de que termine estas palabras, bien al estilo Borges.
Aclaro que si bien esto no es nada de aquella época (en lo más mínimo) voy a intentar reproducir si bien no la persona, si la calidad de aquellos escritos... aunque me cueste otra botella de vino.
"No representan nuestras almas lo que queremos, no somos capaces de enfocar la vista y el cuerpo en lo que posamos realmente la mente. No se trata en absoluto de nuestra incapacidad o falta de talento al respecto, es que somos tan humanos como no, y nuestro destino no existe aún cuando no lo queramos creer y no deseemos entender nuestra absoluta responsabilidad de ello.
No logramos sincerarnos con nosotros mismos, no lograremos aun menos mostrar lo que queremos a los demás. No somos malos, solo estamos solos y acostumbrados a estarlo, nos adecuamos a las situaciones sin mayor lucha por conservar lo que deseamos con tanto fervor y deseo, más si nos preguntan seremos libre de contestar la verdad y no lo haremos por pudor de ser tan realistas.
Nuestro fuerte no se compone de sutilidades, si es o no la semántica dependerá de cada uno y de su contexto temporal, pero no nos podremos dejar llevar por eso y tenemos la obligación de no contextualizarnos ni dejar que nos contextualicen en nada. No hay mayores fuerzas que las nuestras aunque nos sepamos débiles, indecisos e indefensos. No hay quien nos levante si estamos solos y caemos, y seguramente alguna vez caeremos, no es problema ni lo uno ni lo otro, más que hacer si de sólo estar se trata y de poder vivir y podar aquellos arboles damos por terminados nuestros llamamientos, "no, hoy no" tendremos que decir, siempre conociendo lo que creemos para un poco después, siempre con una falsa certeza de lo deshecho y tanto querido."

1 Comments:

Blogger Michelle said...

este todavía no lo leí, pero me día cuenta que en la mayoría de tus textos (especialmente los que me pasaste) reflejan un "sentimiento pos-ella" es mera casualidad y gusto o hay alguna historia de por medio¿

(y tras muchos días sin impresora y promesas, leí el tan esperado "pálido y anodadado")

11/26/2007  

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